Ubicado en la Ría de Vigo, este proyecto se integra de manera natural en la montaña, con estructuras que se elevan como antiguas capas de tierra. Cuando se disuelven en los espacios abiertos, el diseño revela la impresionante belleza de Teis y conecta el estuario y la montaña en una integración fluida y armoniosa.

La propuesta, basada en un análisis exhaustivo del entorno, la arquitectura local y los elementos naturales, sienta las bases para el futuro Instituto de Investigación Marina y su entorno.
Al tomar como referencia el patrimonio arquitectónico de Vigo e integrar estrategias contemporáneas de construcción y sostenibilidad, el proyecto combina de manera armoniosa tradición e innovación.
Este enfoque da lugar a un edificio que no solo refleja la identidad local, sino que también establece un nuevo estándar en funcionalidad, sostenibilidad y eficiencia.

Paisaje, ubicación e integración

El proyecto está diseñado para adaptarse a la topografía inclinada del sitio, optimizar la luz natural e integrar elementos naturales clave como la Ría de Vigo y el Monte de A Madroa. Organiza tres edificios principales a lo largo de un eje norte-sur, equilibrando espacios públicos, semipúblicos y técnicos para garantizar una circulación y funcionalidad eficientes. La disposición separa los volúmenes para maximizar la luz, a la vez que potencia la conectividad mediante espacios públicos intermedios. Además, el diseño minimiza el impacto ambiental del complejo al integrarlo con el paisaje y proporcionar terrazas y áreas públicas accesibles tanto para usuarios internos como externos.

Programa y función

El programa arquitectónico incluye tres edificios principales dispuestos a lo largo de un eje norte-sur, con un volumen subterráneo adicional junto al edificio Churuca:
– Primer bloque: En el lado norte, este edificio alberga las instalaciones de la biblioteca, como salas de lectura, un auditorio y una cafetería, diseñadas para el acceso público y el uso independiente.
– Segundo bloque: ubicado en el lado este, constituye el núcleo del instituto, albergando oficinas, laboratorios y acuarios con instalaciones subterráneas especializadas, así como sistemas eficientes de ventilación e iluminación.
– Tercer bloque: en el lado sur, se centra en la Unidad de Tecnología Marina, con aparcamiento, almacenes y oficinas técnicas distribuidas a lo largo de sus plantas.
– Bloque complementario (Bloque D): junto al edificio Churuca, este bloque alberga almacenes de materiales y equipos, ubicados estratégicamente para facilitar el acceso a los edificios principales.

Construcción y Materialidad

 

El proyecto se armoniza con su entorno combinando técnicas constructivas modernas con materiales locales tradicionales como la piedra y la madera, e integrando vegetación en las fachadas, cubiertas y espacios intersticiales. Este uso de la vegetación, junto con los volúmenes de hormigón, crea una semejanza natural con las montañas circundantes, integrando el complejo de manera fluida en el paisaje.

Sostenibilidad y Diseño Bioclimático

El plan maestro presenta un trazado radial que optimiza la funcionalidad y la estética. En la planta baja se encuentra una amplia zona de estacionamiento que facilita el acceso a la zona comercial y al paseo, donde se ubican tiendas y restaurantes. Sobre esta área se sitúa un zoco o espacio comercial central, rodeado de patios verdes y cuerpos de agua que ofrecen espacios de descanso. Se integran un teatro al aire libre y varios miradores panorámicos para disfrutar de las vistas. Además, el diseño incorpora de manera discreta la planta desalinizadora existente, y todo el complejo está dominado por la torre, que alberga una plataforma de observación en su cúspide.
El proyecto prioriza el confort de los usuarios mediante sistemas pasivos, incorporando ventilación natural, una orientación óptima norte/sur para el control solar y una forma constructiva compacta que minimiza las pérdidas térmicas. Las envolventes de alta calidad y las fachadas ventiladas mejoran el rendimiento térmico, mientras que los espacios subterráneos y la vegetación integrada generan microclimas que reducen la dependencia del control climático artificial. El diseño también se centra en la eficiencia energética, utilizando tecnologías renovables y sistemas de recuperación de energía para climatización y agua caliente, con el objetivo de minimizar el consumo energético y las emisiones de CO₂. Se busca la certificación WELL para aumentar la satisfacción y productividad de los empleados, mientras que un BMS centralizado y métodos de construcción prefabricados garantizan un mantenimiento sencillo y eficiencia en los costes.

 

GALERÍA DE IMÁGENES